Fascitis plantar: qué es, cuáles son sus causas y qué podemos hacer para tratarla
Dentro del conjunto de músculos y tendones de nuestros pies encontramos la fascia plantar que es un tejido elástico que se extiende desde la zona metatarsal (es decir, aquella que hay bajo los dedos) hasta el calcáneo (o más comúnmente conocido como talón).
Esta banda de tejido es fundamental para que podamos caminar ya que, entre otras cosas, nos ayuda a mantener el arco plantar, recibir de forma suave la energía que el pie absorbe cuando impacta contra el suelo o evitar que los dedos se flexionen en exceso. Por tanto, como decimos, es una parte muy importante de la anatomía del pie a la que debemos prestar atención.
? Juan Carlos Montero (@Copomadrid): “Utilizar de manera habitual las chanclas puede generar problemas como la fascitis plantar” https://t.co/taE6oiTKR7
— Onda Cero (@OndaCero_es) August 13, 2019
¿Qué es la fascitis plantar y por qué surge?
Con el término fascitis plantar nos referimos a una inflamación de la fascia plantar que suele aparecer cuando, bajo determinadas condiciones, aplicamos demasiada tensión a este tejido. Esto provoca rigidez y un fuerte dolor en el talón que, en ciertas ocasiones, puede limitar severamente nuestra capacidad para andar.
Es un tipo de dolencia más frecuente en deportistas (por ejemplo, corredores, futbolistas o atletas) debido al ejercicio que suelen desarrollar, pero la fascitis plantar también puede aparecer en personas mayores de cuarenta años que no tienen por qué practicar deporte. De hecho, no siempre está clara la causa por la que surge, pero sí hay ciertos comportamientos que hacen más probable el riesgo de padecer fascitis plantar.
- Deporte. Ya hemos dicho que uno de estos factores principales es la práctica de una actividad física de alto impacto para el pie (estamos hablando de correr grandes distancias por terrenos duros, o atletas que practican saltos, o bailarines o personas que hacen gimnasia aeróbica en la que se requiera un excesivo esfuerzo de la fascia plantar). Si esta actividad se ha iniciado, además, de forma repentina e insistente, el riesgo es todavía mayor.
- Sobrepeso. La obesidad es otro factor de riesgo, pues a mayor peso de nuestro cuerpo, más tensión se aplicará sobre la fascia plantar y, por tanto, más fácil será que se acabe inflamando.
- Anatomía. Otras veces, la fascitis plantar está más relacionada con la propia anatomía de nuestro pie. Por ejemplo, puede ser una dolencia común entre aquellas personas que tienen pies planos, o por el contrario, un arco plantar demasiado alto.
- Pisada. En otras ocasiones, es nuestra forma particular de pisada lo que termina provocando que la fascia se inflame. Es decir, si nuestra pisada es pronadora (descansamos el peso en la parte interna del pie) es más probable que suframos fascitis plantar. Recomendamos realizar con nuestro equipo de podólogos expertos en fascitis plantar un estudio de la pisada antes de empezar a realizar una determinada actividad. Así, se podrá saber si es necesario el uso de unas plantillas o no, así como recomendarle el mejor calzado para evitar la fascitis plantar.
- Estar de pie. También es frecuente que esta dolencia aparezca en personas que pasan de pie buena parte de su jornada diaria. Pensemos por ejemplo en personal de atención al público, profesores, cajeros de supermercados, personal de fábricas, etc.
Así pues, la causa por la que aparece la fascitis plantar no siempre está clara y obedece a un mismo origen, sino que puede ser una combinación de factores que haga más probable que la dolencia termine afectandonos.
¿Cuáles son los síntomas de la fascitis plantar?
Es importante que sepamos detectar rápido la fascitis plantar a través de los síntomas que produce y que, de ser así, podamos empezar el tratamiento cuanto antes. Al respecto, es importante decir que no hay que esperar a que el dolor se agudice y es recomendable que concierte una visita con nuestros podólogos especializados cuanto antes. Si el dolor se agudiza puede llegar a ser crónico y causar una molestia que le impida realizar su vida de forma normal. Por otro lado, algunos pacientes con esta dolencia modifican su forma de caminar para evitar el dolor. Esto, además de no solucionar el problema, puede acabar generando otro tipo de molestias en la espalda, la cadera o las rodillas.
Uno de los principales síntomas de la fascitis plantar es el dolor intenso y agudo en la parte interna del talón. Es un dolor reconocible, además, por ser más frecuente al levantarnos de la cama y dar los primeros pasos del día, o después de haber estado sentado un largo tiempo o descansando. Durante estos periodos de relajamiento, la fascia tiende a encogerse y por eso, al caminar de nuevo, produce una mayor tensión y, como consecuencia, el dolor se intensifica. Por esta misma razón, es normal que en los estadios iniciales de la fascitis plantar este síntoma desaparezca o disminuya cuando comencemos a andar y la fascia se vaya estirando poco a poco. En el caso de deportistas, este síntoma de la fascitis plantar, el dolor agudo, también suele aparecer después de la práctica del deporte correspondiente, pero no durante.
La inflamación del área próxima al talón también es otro de los síntomas frecuentes de fascitis plantar. Esta hinchazón es, en muchos casos, apreciable a simple vista y hay ocasiones en las que puede estar acompañada de hematoma si los impactos sufridos por el pie han sido muy intensos y repetidos.
¿Qué solución encontramos para la fascitis plantar?
Como ya hemos dicho, ante la menor presencia de alguno de los síntomas mencionados recomendamos pedir cita en nuestra clínica. Los podólogos del equipo, expertos en fascitis plantar, analizarán su situación, le diagnosticarán de forma apropiada y podremos comenzar con el tratamiento más adecuado para ofrecer una solución a su fascitis plantar.
El diagnóstico suele realizarse mediante una exploración del pie, así como con la historia clínica del paciente. De esta forma se podrá determinar, en la mayoría de los casos, cuán avanzada está la fascitis plantar. También se realizará en caso de ser necesario un estudio de la pisada, para poder determinar si la forma en la que el paciente pisa es la causa principal de la dolencia.
Para atender los casos en una primera fase la solución para la fascitis plantar es el uso combinado de antiinflamatorios y la realización de ciertos ejercicios de fisioterapia orientados al estiramiento de la fascia. Esto permitirá reducir la hinchazón en estos primeros momentos.
Si la pisada del paciente está directamente relacionada con el dolor, será necesario realizar unas plantillas específicas para tratar la fascitis plantar en cada caso concreto. Estas plantillas son únicas para cada paciente y lo que hacen es que la fascia se destense. Así, una vez superada la primera fase de la fascitis, será más difícil que esta se vuelva a producir. También en este momento, nuestros podólogos indicarán al paciente una serie de hábitos de estiramientos que este deberá incorporar a su rutina, así como consejos sobre el tipo de calzado más apropiado.
Desaconsejamos que el paciente se guíe por estudios de la pisada realizados en tiendas de deporte u ortopedias pues ninguno de ellos ofrece validez clínica ni sirve para relacionar la lesión con la pisada. Por otro lado, hay que señalar que, si bien el uso de una plantilla adecuada a nuestra dolencia puede aliviar el dolor hasta hacerlo desaparecer, el uso de una plantilla errónea puede agravar el problema.
Como ya hemos dicho, es fundamental que la plantilla para tratar la fascitis plantar esté realizada completamente a medida del paciente y que atienda a su problemática concreta. Para ello, en nuestra clínica trabajamos mediante un sistema que, a través del láser, nos permite realizar un molde en 3D del pie del paciente y, a partir de precisos cálculos posteriores, diseñar una plantilla que se ajusta perfectamente a la fascia del paciente pues tiene la elasticidad justa, descargándola de la tensión que origina la molestia y el dolor. Estas plantillas suelen tener un grosor que va desde el milímetro y medio hasta los dos milímetros por lo que su uso es prácticamente imperceptible para el paciente en su día a día.
Tecnología láser para la fascitis plantar
Una de las mejores medidas a tomar ante una fascitis plantar es la rehabilitación mediante láser. El láser provoca una disminución significativa en el dolor y en la inflamación que provoca esta patología y en estadíos muy iniciales de la fascitis plantar será nuestro tratamiento de elección y cuando existe una fascitis plantar importante utilizaremos el láser conjuntamente con las plantillas podológicas.
¿Existen zapatos recomendados para evitar la fascitis plantar?
Como ya hemos dicho antes, la forma de nuestra pisada puede ser uno de los factores de riesgo para sufrir fascitis plantar. Atendiendo a esto, y siempre aconsejado por nuestros podólogos expertos en fascitis plantar, le recomendaremos tipos de zapatos que se ajusten mejor a su caso y que puedan ayudar a prevenir la aparición de nuevos episodios de fascitis plantar. En cualquier caso, el tratamiento adecuado no pasa solo por la utilización de unos zapatos específicos que eviten la fascitis plantar, sino por el uso, como ya hemos señalado, de plantillas personalizadas.
Eso sí, de forma general, para personas que todavía no han sufrido problema alguno con su fascia plantar siempre es recomendable el uso de un buen calzado que recoja el arco plantar y que amortigüe nuestra pisada. Al respecto, hay que señalar que no es bueno ni el uso continuado de zapatos de tacón, ni zapatos completamente planos. Y en el caso de corredores es conveniente cambiar sus zapatillas cada 800 kilómetros aproximadamente.
Otros tratamientos para la fascitis plantar
En el noventa por ciento de los casos de enfermedades relacionadas con la fascitis plantar, la solución pasa por el diseño y fabricación de una plantilla adecuada.
No obstante, si después de un tiempo prudencial con este tratamiento (que puede llegar a ser de varios meses o incluso de un año según los casos) no se ha solucionado el problema, habrá que probar otros tratamientos.
- Inyecciones. Llegado el caso puede recomendarse la inyección de ciertas clases de corticoides en la zona afectada que alivie el dolor, aunque sea temporalmente. No es recomendable la repetición de este tratamiento pues puede debilitar el tejido, provocando una ruptura. Las últimas técnicas utilizan plasma rico en plaquetas (PRP), que combate el dolor con un riesgo menor de que se rompa el tejido.
- Ondas de ultrasonido dirigidas a la zona afectada. Se usa en aquellos casos en los que otros tratamientos más convencionales no han dado con la solución a la fascitis plantar que afecta al paciente. Esta técnica puede originar, a veces, hematoma, inflamación, entumecimiento o incluso dolor y pese a que algunos resultados pueden parecer interesantes, todavía queda por demostrar su verdadera eficacia.
- Procedimiento Tenex. Este tratamiento está orientado a poder extraer, a través de un procedimiento poco invasivo, el tejido cicatricial de la fascitis plantar.
- Cirugía. La consideramos una última alternativa cuando el resto de tratamientos no han funcionado y en caso de que el dolor sea muy agudo. La principal consecuencia es que el arco del pie se debilite pues la operación consiste en liberar del hueso del talón la fascia sin que se llegue, además, a eliminar por completo el dolor.
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.